EL TRIBUNAL DEL SANTO OFICIO:
El Tribunal del Santo Oficio fue
el encargado de vigilar el estricto cumplimiento de la fe católica en los
virreinatos americanos, así como también en los reinos españoles europeos. La
Inquisición fue enviada a vigilar el correcto establecimiento de la fe y que
ella no se vea empañada por cultos paganos o por herejes provenientes de algún
país europeo (luteranos, hugonotes, judíos, moros, etc.). Desde su
establecimiento, la Inquisición actuó como un tribunal con amplias facultades
para el castigo a herejes o protestantes. En su lucha por conservar la religión
católica actuaron con energía frente a la lectura de libros prohibidos, la
práctica de la brujería, quiromancia, judaísmo o islamismo, etc. El orden
político en las colonias también fue tema de gran importancia para el Tribunal
del Santo Oficio. Los autos de fe fueron juicios del Tribunal a personas que
realizaban prácticas no cristianas. Tenían un contenido simbólico enorme pues
todos los elementos y características del juicio trataban de demostrar el
triunfo de la fe católica sobre las prácticas herejes. En los 250 años que
estuvo presente la Inquisición en el virreinato peruano practicó 40 autos de
fe. El tribunal del Santo Oficio terminó sus días en 1820, cuando el régimen
liberal español clausuró definitivamente sus actividades en todas sus
posesiones y reinos.
LA INQUISICIÓN EN LIMA
En el Perú, la Inquisición fue
creada por el Rey Felipe II en 1569 y no era sino una filial provincial del
Consejo de la Suprema y General Inquisición española. La Inquisición de Lima
entró en funciones en 1570, siendo Virrey del Perú Francisco de Toledo. Los
primeros inquisidores fueron el licenciado Serván de Cerezuela y el doctor
Andrés de Bustamante; pero este último, falleció cuando se hallaba en pleno
viaje desde la metrópoli hacia Lima, quedando Cerezuela a cargo del distrito
limeño. El Tribunal comenzó sus acciones en un local alquilado que se ubicaba
al frente de la Iglesia de la Merced, en el actual jirón de la Unión; pero, como
este era muy céntrico y resultaba poco propicio para su funcionamiento, en 1584
se trasladó a la casa de Nicolás de Rivera el mozo, donde funcionó hasta que
fue abolida .
Una revisión de las cifras dadas
por Escandell nos indica que en sus inicios el Tribunal se dedicaba al control
de la población blanca. En ella se incluye tanto a los denominados
"cristianos viejos" como a algunos descendientes de conversos,
principalmente los de ascendencia judía que, evadiendo expresas prohibiciones
reales, llegaban a las colonias hispanoamericanas. Hay que reiterar que la gran
mayoría de la población estaba constituida por indígenas, los cuales quedaron
fuera de la esfera de acción del Tribunal conforme a lo dispuesto por los reyes
de España. También resulta llamativo el alto porcentaje de procesados
extranjeros, el cual supera su correspondiente participación demográfica. Esta
ha sido calculada para el período 1532-1560 entre un 8% y 12%. Ello se explica
por razones de Estado que hacían indispensable controlar a posibles espías de
las potencias enemigas de España.
El tribunal limeño se dedicaba a
ver asuntos relativos a la moral pública o social. Lo que preocupaba al Santo
Oficio era mantener vigente la escala de valores aceptados por la población; es
decir, los principios cristianos tales como el respeto a Dios, a la Iglesia, a
la Virgen María, al sacramento del matrimonio, al estado sacerdotal y el
consiguiente voto de castidad; a los principios morales, etc. Cabe agregar que
las herejías propiamente dichas sólo representan el 13.27% del total de los
procesos , lo que demuestra la eficacia de los controles establecidos para
evitar la propagación de las sectas protestantes y la infiltración de los
falsos conversos en Indias.
TIPOLOGIA DE LOS PROCESOS % ( delitos entre 1571 - 1600 )
Delitos contra la fe (luteranos,
judaizantes, moriscos, etc) ..................................13.27
Expresiones malsonantes
(blasfemos, renegados, etc.)
......................................30.18
Delitos sexuales (bígamos,
solicitantes, etc.) ......................................................28.00
Contra el Santo Oficio
........................................................................................4.63
Prácticas supersticiosas
(invocaciones al demonio, hechicería, quiromancia, etc) . 7.65
Otros delitos (no específicos)
...........................................................................16.27
Las mayores sanciones que aplicó
el Tribunal durante sus años iniciales recayeron generalmente en protestantes
extranjeros hacia los cuales existía no sólo animadversión religiosa sino sobre
todo política. El primer condenado al quemadero fue el francés Mateo Salado en
el auto de fe del 15 de noviembre de 1573. Otros condenados a igual pena, por
el mismo motivo, fueron los flamencos Juan Bernal y Miguel del Pilar. Muchos de
los procesados como luteranos en realidad eran piratas. Cabe recordar que, por
aquel entonces, Inglaterra los utilizaba en su lucha contra España para
destruir su poderío económico y militar, establecer puntos de penetración en el
Nuevo Mundo y asegurar su control sobre los mares. A la Inquisición fueron
llevados algunos como Juan Drake (sobrino del famoso Francisco Drake), Juan
Butler, Juan Exnem, Thomas Xeroel, Richard Ferruel, etc. Ellos fueron acusados
de luteranismo así como de realizar proselitismo a favor de las sectas
protestantes. La mayoría de ellos terminó reconciliada mientras que tres
acabaron sus días en la hoguera: Walter Tiller, Eduardo Tiller y Enrique Oxley
(05-04-1592)
Entre los casos de alumbrados
destaca, sobre manera, el seguido a fray Francisco de la Cruz, el cual es
considerado como uno de los más importantes de la historia del Tribunal limeño.
De la Cruz había estudiado Teología en Toro y Valladolid, llegando a ser
catedrático de la materia; además, se desempeñó como rector de la Universidad
de San Marcos. Gozaba de la confianza del arzobispo de Lima quien lo había
propuesto como coadjutor. Su doctrina, tal como la entendieron los
inquisidores, no sólo era contraria a los dogmas católicos sino abiertamente
subversiva: enfrentaba directamente al Rey Felipe II proponiendo, inclusive, el
nombramiento de otro monarca para el virreinato e instigando a la población a
alzarse contra el dominio de la metrópoli.
Juan Fernández de las Heras fue
quemado vivo (17-12-1595) por mantenerse pertinaz en sus proposiciones
contrarias al dogma católico, entre otras, su rechazo al Sacramento de la
Penitencia y al culto a las imágenes. Fernández sostenía que él era una de las
personas de la Santísima Trinidad, decía tener visiones divinas, etc.
Las supersticiones y prácticas
mágicas de los españoles se multiplicaron en contacto con el mundo americano
alimentadas por las de los aborígenes. Generalmente, se trató de procesos a
mujeres que acudían a la brujería para asuntos sentimentales, ganarse
voluntades o encontrar el remedio a alguna de las numerosas enfermedades. Entre
estos cabe mencionar los efectuados a Francisca e Inés Villalobos, mujeres
españolas pertenecientes a los grupos sociales más altos de Huamanga, que
empleaban a varias indígenas para sus actividades.
En el período 1621-1700 aumentó
la represión contra los judíos los que, comparativamente, recibían las penas
más drásticas. De un total de 395 procesados, 137 lo fueron por judaizantes y 6
por luteranos. El punto más álgido fue el proceso seguido a los comerciantes
lusitanos que controlaban la mayor parte del comercio de la ciudad.
La etapa comprendida entre 1622 y
1641 fue la de mayor actividad del Tribunal en este siglo. Se vieron 199
causas. Los procesos a judaizantes fueron los más numerosos e importantes.
Durante el período 1642-1667 el
número de causas sentenciadas alcanzó la cifra de 88. Esta vez, los casos de
judíos apenas llegaron a 10 correspondientes a la culminación de las investigaciones
de la etapa anterior.
El Tribunal estuvo totalmente
paralizado entre los años 1725 y 1730 después de lo cual fue reactivado.
La mayor parte de las causas del
período 1700-1750 correspondieron más a delitos contra la moral -sortilegios,
bigamia, etc.- que a las herejías propiamente dichas.
En la segunda mitad del siglo
XVIII se acentuó notoriamente la decadencia de la Inquisición, tanto en la
metrópoli como en las colonias. En estas últimas, su declive tuvo como
ingrediente adicional el surgimiento de movimientos separatistas.
Desde mediados del siglo XVIII
hasta la abolición del Tribunal (1750-1820) hubo un total de 51 causas.
La Inquisición fue abolida por
decreto de las Cortes de Cádiz, el 22 de febrero de 1813. Abascal, el 30 de
julio de ese año ordenó la publicación en Lima del decreto de abolición. Días
después, al permitirse a un grupo de personas que ingresasen al local , se
produjo el lamentable saqueo de las instalaciones con la consiguiente pérdida
de valiosa documentación sobre el accionar inquisitorial. En 1814, cuando el
Rey Fernando VII fue restablecido en el trono, se dispuso que volviese a
funcionar el Santo Oficio pero su existencia ya fue más nominal que real. Para
el Perú fue abolido definitivamente en 1820 a raíz del proceso emancipador con
el cual se suprimió todo tipo de dependencia política de España.
CONDENADOS A MUERTE POR EL TRIBUNAL DE LA INQUISICIÓN DE LIMA
(1569-1820)
Nombres Origen Motivo Fecha
01) Salado, Mateo Francés
Luterano 15-11-1573
02) De la Cruz, Francisco Español
Alumbrado 13-04-1578
03) Bernal, Juan Flamenco
Luterano 29-10-1581
04) Del Pilar, Miguel Flamenco
Luterano 30-11-1587
05) Tiller, Walter Inglés
Luterano 05-04-1592
06) Tiller, Eduardo Inglés
Luterano 05-04-1592
07) Oxley, Enrique Inglés Luterano
05-04-1592
08) Nuñez, Jorge Portugués
Judaizante 17-12-1595
09) Rodríguez, Francisco Español
Judaizante 17-12-1595
10) De Contreras, Pedro Español
Judaizante 17-12-1595
11) Fernández, Juan Español
Proposic. 17-12-1595
12) De Lucena, Baltasar Portugués
Judaizante 10-12-1600
13) Nuñez de Cea, Duarte Portugués Judaizante 10-12-1600
14) Enríquez, Duarte Portugués
Judaizante 13-03-1605
15) López de Vargas, Diego Portugués Judaizante 13-03-1605
16) Díaz Tavares, Gregorio Portugués Judaizante 13-03-1605
17) Bautista del Castillo, Juan Limeño Proposic.. 01-06-1608
18) Acuña de Noroña, Juan Portugués Judaizante 21-12-1625
19) Tavares, Manuel Portugués
Judaizante 21-12-1625
20) De Vega, Antonio Portugués
Judaizante 23-01-1639
21) De Espinosa, Antonio Español
Judaizante 23-01-1639
22) López de Fonseca, Diego Español Judaizante 23-01-1639
23) Maldonado da Silva, Francisco Tucumano Judaizante 23-01-1639
24) Rodríguez da Silva, Juan Portugués Judaizante 23-01-1639
25) De Azevedo, Juan Español Judaizante
23-01-1639
26) De Lima, Luis Español
Judaizante 23-01-1639
27) Bautista Pérez, Manuel Portugués Judaizante 23-01-1639
28) Váez Pereira, Rodrigo Portugués Judaizante 23-01-1639
29) Duarte, Sebastián Portugués
Judaizante 23-01-1639
30) Cuaresma, Tomé Portugués
Judaizante 23-01-1639
31) Henríquez, Manuel Portugués
Judaizante 23-01-1664
32) De Castro, María Francisca
Ana Española Judaizante 23-12-1736
EL PRIMER CASO : MATEO SALADO
El 15 de noviembre se recuerda un
hecho trascendental para la comunidad evangélica, pues, por mandato del
Tribunal de la Santa Inquisición de Lima, fue arrojado a la hoguera, por ser
protestante, el ciudadano Mateo Salado. En efecto, el 15 de noviembre de 1573,
es decir hace 438 años, fue ejecutado el primer protestante en nuestro país, a
quien la historia sólo recuerda por la huaca que lleva su nombre en un distrito
limeño.
Mateo Salado, ciudadano francés
que, habiéndose embarcado en Sevilla, llegó al Perú para buscar nuevos
horizontes en estos reinos. Por supuesto, en su carta de embarcación declaraba
ser católico, apostólico y romano, sin imaginar, nadie, que venía influenciado
por las ideas protestantes que se tejían en Europa.
Tomás Gutiérrez, historiador
bautista, señala que Mateo Salado fue conducido a las cárceles de la
Inquisición en 1570,por encontrarse realizando excavaciones en un cementerio de
indios en un lugar conocido como la Magdalena. Por estos lugares Salado andaba,
con apariencia andrajosa, manifestando a la gente los errores de la iglesia
católica. Su influencia luterana se debía al contacto que tuvo con algunos
luteranos en Sevilla, de quienes recibió un ejemplar del Nuevo Testamento en
idioma francés.
El proceso de fe de Mateo Salado
ha sido trascrito gracias al historiador chileno José Toribio Medina, quien, en
su libro Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Lima,
registra parte del proceso. Otra parte del proceso está registrada en el
Archivo Histórico Nacional en Madrid, España. En dicha trascripción podemos
notar la fe protestante, más que luterana, de Salado, quien tenía una forma
peculiar de interpretar la Biblia.
Para el historiador Tomás
Gutiérrez, tres apreciaciones o posturas aparecen respecto a Mateo Salado:
1) Para el Museo de la
Inquisición, donde se registra su muerte, es catalogado como loco;
2) Para los teólogos católicos
del siglo XVI es un hereje pertinaz;
3) Para la iglesia evangélica
Mateo Salado es uno de los primeros mártires de la fe protestante.
PROCEDER DE LA INQUISICIÓN
La finalidad buscada era la
conversión de los herejes y su reintegración a la Iglesia. Por lo mismo, los
métodos preferidos eran los que manifestaban mayor misericordia, mientras que
el recurso a la fuerza era considerada como una medida extrema, que atendía más
que nada al bien común de los demás miembros de la sociedad.
Había todo un procedimiento
dividido en etapas, de acuerdo al cual se llevaba a cabo la labor de los
inquisidores. Una vez llegados al pueblo donde se sospechaba de la existencia
de herejes, se proclamaba el tiempo de gracia, que variaba de 15 a 30 días. En
este tiempo, todo hereje podía confesar sus errores, siendo a cambio tratado
benignamente y recibiendo penas menores. Se proclamaba el edicto de fe y, bajo
pena de excomunión, se exigía de todos que delatasen a los herejes o
sospechosos de herejía. Terminado el mes de gracia, se procedía a la
persecución y se citaba de manera enérgica a los sujetos acusados, que, en caso
de no acudir, eran declarados contumaces, con pena de excomunión provisional
(definitiva pasado un año).
Luego seguía el interrogatorio,
donde se procedía a examinar a los acusados para verificar si procedía o no la
acusación hecha. Esto generalmente se hacía ante dos religiosos y un notario,
que ponía por escrito los descargos del acusado. En caso de que el acusado se
negase obstinadamente a confesar su culpa, habiendo indicios bastante probables
de que hubiese incurrido en herejía, se procedía a la tortura. El notario debía
estar preparado para escribir la confesión que el acusado hiciera en este caso.
Luego venía la sentencia, en la
que varias personas, entre religiosos y laicos de probada honradez, examinaban
los datos que se tenían sobre el incriminado y emitían su opinión sobre si
había culpabilidad o no. En caso de haber sido arrancada la confesión por medio
de la tortura, también se examinaba su veracidad, es decir, si había sido hecha
solamente por miedo a los castigos corporales o si se podía considerar
auténtica. En sesión pública, generalmente en domingo para que pudiese asistir
la población, se proclamaba la sentencia.
El último paso era la ejecución
de la sentencia, que era llevada a cabo por la autoridad civil («el brazo
secular»). En caso de que se aplicara la pena de muerte, ésta no debía
conllevar derramamiento de sangre; por lo tanto, la hoguera era el medio preferido.
Otras penas para el delito de herejía que se aplicaban con mucha mayor
frecuencia que la pena de muerte, que era considerada una medida extrema y
excepcional, eran: remar en las galeras, el destierro, la confiscación de
bienes, la cárcel. Otras sentencias menos duras eran las peregrinaciones, los
azotes, los signos de infamia (vestidos humillantes de color amarillo, vela
verde, soga a la garganta, coroza blanca).
En cuanto a los autos de fe, se
llevaron a cabo cuatro:
- El primero el 13 de marzo de 1605;
- El segundo el 10 de
julio de 1608 en el cementerio de la catedral;
- El tercero el 17 de junio de
1612 en la capilla de la Inquisición;
- El cuarto el 17 de noviembre de 1614.
De 1600 a 1605 fueron sentenciadas 135 causas y se celebraron dos autos de fe
públicos: en el de 1600 fueron 35 los sentenciados y en el de 1605, 40. A
partir del breve dado por el Papa Clemente VIII amnistiando a los judaizantes
el Tribunal disminuyó sus acciones. En el período que abarca de 1606 a 1621 se
sentenciaron 120 causas; se realizó un auto de fe público, donde salieron 18
reos y, asimismo, un autillo en el que se dieron a conocer 9 procesos.
La Inquisición hizo vivir a la población bajo el miedo. Mientras que en países protestantes como Suiza, Holanda o Alemania, existía la costumbre de leer la Biblia en familia y discutir las posibles interpretaciones y alcance de lo leído, en España y la América Hispana se imponía el dogma con severos castigos. Obviamente, los europeos protestantes aprendieron a leer y a debatir, mientras que los españoles e hispanos aprendieron a tener miedo y a fingir.
ResponderEliminarmuy bueno
ResponderEliminarSin duda la inquisición católica, ha traído mucho atraso a nuestro continente, la esclavitud y la ignorancia han sido frutos, que hasta ahora son la estigma de nuestra historia. Cuando se junta la religión con el estado, trae la peor decadencia e impunidad de un país.
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